Siempre me ha gustado escribir.
Siempre he escrito.
Relatos, poemas, textos, frases sin sentido. Todos ellos están encerrados en libretas que guardo recelosamente, en hojas de cuaderno arrancadas y guardadas en laberínticas cajas, en este mismo ordenador escribo cientos de cosas. Solía considerar necesario que todos ellos estuviesen ocultos, que nadie pudiese llegar a leerlos. Me parecía que era una parte de mí que no podía, ni puedo, compartir con nadie y la mayor parte de ellos seguirán siendo un misterio que solo yo conozca. Sin embargo, el silencio puede ser muy doloroso cuando las palabras te arañan la garganta y nadie quiere escucharte.
Por eso estoy aquí un martes por la tarde cara al ordenador intentado gritarle a un mundo que miles de veces me ha ignorado ya, en un momento en el que debería dedicar mi tiempo a otras muchas cosas y no a reflexionar sobre la percepción que tengo del mundo, estoy aquí para hablarme a mí misma, para tratar de “reconectarme” a todo lo que me rodea.
Así que aquí empieza la aventura. No sé en que va a consistir esto, no sé si vendré por aquí a menudo o no, no sé si lo utilizaré para hablar de las causas que creo justas y defenderlas o más bien para expresar las emociones que sobrepasen a mi mente.
Tan sólo espero que cualquiera que llegue aquí sienta que es bienvenido. Y que algún día, con las palabras certeras y de algún modo consiga (aunque sólo sea un poco) colarme en vuestras mentes.
¡Gracias!